Tomado de Revista Semana el 2 de Abril de 2014
Los datos se repiten y la historia
parece calcada a la de hace unos meses. Colombia está en el último lugar de las
pruebas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE), que midieron la habilidad de 85.000 estudiantes de 15 años, 9.000 de
ellos colombianos, para resolver problemas de la vida real con los que no
están familiarizados.
Este test era una prueba optativa del
informe del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, por su
sigla en inglés), en el que Colombia quedó de 61 de 65 países al ser evaluado
en lectura y matemáticas.
Hoy se conocen los resultados de la
evaluación de solución creativa de problemas y, de nuevo, los resultados de
Colombia son vergonzosos. De 44 países que aceptaron hacer el test optativo,
Colombia quedó en el último puesto del informe, en el que no quedó nada bien
Latinoamérica. Uruguay ocupó el puesto 42; Brasil, el 38, y Chile, el 36.
El propósito de esta evaluación es
averiguar si los jóvenes de 15 años están adquiriendo la habilidad necesaria
para solventar situaciones problemáticas en el siglo XXI. Sin embargo, según
los resultados de la OCDE, el promedio de los jóvenes colombianos sabrían
comparar precios de muebles y comprar los más baratos, pero no podrían hacer
nada para arreglar o programar un dispositivo electrónico, como sí lo harían
los adolescentes de Singapur y Corea del Sur, los mejores calificados, seguidos
por los de Japón y China.
En diciembre pasado, cuando se
conocieron los resultados de las pruebas de matemáticas y comprensión lectora
de PISA que se hicieron en mayo del 2012, la ministra de Educación, María
Fernanda Campo, aseguró que lo importante era mirar las tendencias y que “para
poder hacer un análisis de los resultados entre países, hay que comparar universos
iguales”.
En esta oportunidad, la ministra Campo
aseguró que al gobierno colombiano tomó una decisión importante de medirse con
los mejores del mundo y los resultados sí preocupan mucho al gobierno y al
Ministerio de educación pero que estos no son “para llorar sino para ver qué
decisiones políticas se toman buscando mejorar la calidad de la educación”.
Con este punto de la evaluación PISA,
el ojo se volvió a poner sobre las políticas de educación del país, pues
Colombia no sólo ocupa los peores puestos sino que empeoró respecto al 2009.
Sobre este punto, la ministra Campo
asegura que el gobierno decidió cambiar las pruebas Saber 11 para que el
sistema de preguntas fuera más parecido al PISA puesto que el nuestro siempre
habían sido preguntas de selección múltiple y el 60 % de las evaluaciones de
PISA son preguntas abiertas.
Además, sostiene que por primera vez la
política educativa se centra en mejorar la calidad de educación más que en la
cobertura. Parte de ello, son los programas que están dirigidos a los niños
entre 0 y 5 años que antes no tenían educación de calidad, un plan de tutorías
a 85.000 docentes para que eduquen mejor a casi dos millones y medio de
estudiantes de primaria y la reforma de los currículos de la educación media en
Colombia. “Los programas de décimo y once son obsoletos y no desarrollan las
competencias para un joven del siglo XXI”, apuntó la ministra.
Además, ella explica que la intención
es enseñarles a los maestros contenidos digitales, reformar los estándares de
calidad que se exigen en las licenciaturas, fortalecer las Secretarías de
Educación de los municipios y los departamentos y crear modelos flexibles que
se ajusten a las necesidades de los estudiantes que deben trabajar.
“Todo tiene que producir un mejoramiento
en la calidad de la educación pero los resultados no se ven en el corto plazo”,
señaló.
Respecto al último lugar en una de las
pruebas del informe PISA y uno de los peores puestos en matemática y lenguaje,
la ministra asegura que la misma OCDE señala que la gran brecha en educación en
Colombia se da desde la primera infancia. “De los 9.000 estudiantes colombianos
que hicieron la prueba, el 51 % no asistió a preescolar”, señaló.
Como dice la ministra, los resultados
no son a corto plazo, pero si el gobierno tiene la razón y se está reformando
el sistema educativo, los esfuerzos se medirán en las próximas pruebas PISA o
en cualquier otra prueba nacional o internacional. Sólo el tiempo lo
dirá.
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