Artículo publicado por El Espectador, 11 - 01 - 2015
Si los estudiantes alguna vez tuvieran la oportunidad de elegir el
colegio en donde probablemente pasarán los próximos diez u once años de sus
vidas, preferirían uno que tuviese más clases de cultura, música y artes y que
además tuviera mejores laboratorios, bibliotecas, computadores y profesores más
formados. Eso quizás les permitiría empezar a cumplir alguno de los que creen
son sus tres objetivos primordiales: ser sabios, felices y justos.
Esas son algunas de las conclusiones a las que llegó el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), luego de hacer una encuesta con 643
estudiantes bogotanos para saber cuál era su posición frente a la educación que
estaban recibiendo y, sobre todo, entender cuál creían que era el factor
esencial para lograr una mejor calidad.
Aunque los alumnos saben que requieren de esos elementos, también creen
(el 26%) que esa calidad está profundamente relacionada con el nivel
socioeconómico. No en vano, el 31% de los entrevistados está convencido de que
los mejores colegios de la capital son los bilingües. Otro 23% dice que son los
que permiten la formación artística.
Todas esas cifras, que serán presentadas en su totalidad a mediados de
marzo, pertenecen a la iniciativa Misión Calidad para la Equidad, un programa
que desde hace más de un año vienen planeando el PNUD y la Secretaría de
Educación de Bogotá. Su propósito es hacer un diagnóstico del sector que
permita formular políticas públicas y proyectos para mejorar la calidad en el
futuro.
“Creamos espacios de diálogo para hacer una construcción de cómo podemos
mejorar en términos de calidad. Nos propusimos establecer una mirada crítica y
a largo plazo, en la que todos los actores han podido participar, desde
estudiantes, profesores y padres de familia, hasta expertos del sector público
y privado. La idea es saber dónde estamos parados para crear una ruta a seguir
más allá de que cambien los gobernantes”, explica Alfredo Sarmiento Gómez,
director de Misión Calidad.
Según Sarmiento, de ese proceso en el que encuestaron 10.502 personas,
entre estudiantes, profesores y orientadores, queda una conclusión clave: “Para
mejorar la calidad educativa es fundamental la equidad”. Aunque también, como
aseguró el 87,6% de los maestros, hace falta una participación activa de las
familias y la comunidad. El 39% cree que también hace falta actualización
escolar.
Sin embargo, según los alumnos, parte del fracaso escolar está en su
poco interés a la hora de estudiar, en el descuido de sus maestros y en las
desigualdades sociales del sistema. Empezar a eliminar esos baches, como afirma
el PNUD, será esencial para lograr una educación que proporcione los elementos
que la organización considera claves: calidad de vida, conocimiento,
participación política, económica y social, capacidad institucional y provisión
y regulación de bienes públicos.
Pero, como asegura Sarmiento, “resolver todos los problemas implica,
sobre todo, mejorar las condiciones de inequidad, porque para nadie es un
secreto que alguien de bajos recursos tiene más obstáculos para acceder a una
universidad. Pero, más que eso, se necesita mayor compromiso social. Que todos
se empoderen y no dejen que las decisiones importantes las tomen sólo cuatro
personas. Eso es lo que, en últimas, queremos, porque es la salida más
acertada. La educación es un asunto muy importante para dejárselo solamente al
sector educativo”.
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